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El Dr. Endres y su equipo del Colegio Imperial de Londres desarrollaron un modelo matemático para explicar la dinámica de la quimiotaxis - mecanismo que usan las bacterias para detectar y responder a los cambios en su entorno. El equipo adherió con etiquetas fluorescentes a las moléculas de la superficie de Escherichia coli que actúan como "antenas". El seguimiento de estas etiquetas les permitió detectar la velocidad a la que responden las bacterias y, eventualmente, adaptarse al cambio.
Los investigadores encontraron que E. coli se adapta a las moléculas potencialmente tóxicas mucho más rápido que las moléculas beneficas, tales como los nutrientes. "Esto tiene sentido ya que, cuando las bacterias se encuentran en condiciones desfavorables, las células “caen” y al azar encuentran un nuevo rumbo para desplazarse – el cual les proporciona un escape rápido" , dijo el doctor Endres. "Este tipo de conocimiento podría ayudarnos a entender cómo las bacterias patógenas responden frente a un ataque inmune del huésped".
Las bacterias como E. coli son sensibles incluso a pequeños cambios en los niveles de las sustancias químicas a su alrededor. Después de alterar su motilidad en respuesta a estos cambios, las células deben volver a sus "patrones normales de desplazamiento". Para adaptarse rápidamente, de manera efectiva deben "olvidar" el estímulo inicial poco después de responder a este. Por el contrario, las bacterias que "recuerdan" el estímulo continuarán mostrando patrones de comportamiento alterados y son más lentas para adaptarse.